Publicado en El Mundo, columna Mayoría selecta, 14 septiembre 2025.

Javier Gomá Lanzón
Nace un bebé que décadas después es un adulto que ocupa una sólida posición en el mundo. ¿Qué ha
pasado entremedias? La educación, cuyo doble fin es formar profesionales y ciudadanos. Profesional es quien ejerce un oficio con el que se gana la vida. Ya es mucho un país de profesionales competentes y, con todo, es superior el bien de ser ciudadano, que se define por haber despertado al sentimiento de la dignidad propia y ajena. La educación reglada contiene asignaturas que enseñan un oficio práctico y otras que, sin mira utilitaria, se enderezan a representar ante el alumno el espectáculo grandioso de la dramática dignidad humana: son las humanidades. En paralelo al progreso tecnocientífico, proveedor de bienestar social, la cultura humanística promueve ese otro progreso hacia uno mismo, donde el
ciudadano siente aquella excelencia íntima que le hace acreedor universal de algo que se le debe incondicionalmente: un respeto.


