Publicado en El Mundo, columna Mayoría selecta, 9 noviembre 2025.

Javier Gomá Lanzón
Publicar en el boletín oficial una nueva ley es tan fácil como componer un poema de versos libres y a los políticos les gusta aprobar muchas porque proclaman, según creen, la buena acción del Gobierno. De modo que pesa sobre cada uno de nosotros una maraña densa, confusa e incontrolable de disposiciones normativas de todo rango, procedencia y asuntos que es imposible cumplir sin fallar en alguna por buena voluntad que uno tenga. Resultado: incluso el ciudadano más responsable, cumplidor escrupuloso de sus obligaciones, está hoy fuera de norma. Si las oficinas administrativas le mandasen sus inspectores, alguna irregularidad punible acabarían por encontrarle. Luego nos hallamos todos en un estado permanente de potencial sanción, sujetos, como los súbditos del Antiguo Régimen, a la arbitrariedad del poder. He aquí la gran paradoja de nuestro tiempo: que sea el enredo de leyes limpiamente democráticas el que nos devuelva a la antigua sumisión.


