Publicado en El Mundo, columna Mayoría selecta, 26 octubre 2025.
Javier Gomá Lanzón
El Estado de Derecho, obra del genio colectivo sin autoría conocida, es una virguería antinatural. Sufro un crimen abominable –asesinan a mi padre, violan a mi hermana– y se espera de mí que… presente un papel en ventanilla (denuncia en comisaría). La generalizada renuncia al instinto natural, que exige venganza con tan gran ansiedad que pone a prueba nuestra paciencia, tiene algo de prodigio civilizatorio demostrativo de la mayoría de edad sentimental de un pueblo. El populismo, inversamente, supone una regresión psíquica: del prodigio al instinto bruto otra vez. Populista es quien, aprovechándose del malestar social, invoca la legitimidad directa del pueblo para obtener el poder al margen de los procedimientos debidos. En democracia nada hay que temer mientras la ciudadanía, aunque enfadada, haya aprendido a reprimirse. Pero si, impaciente, se deja halagar por un tramposo, todo está perdido. Lo único que cuenta, al final, es la educación del corazón.
